Las personas con esclerosis múltiple progresiva tenían niveles más altos de moléculas protectoras en el líquido cefalorraquídeo dos años después de haber sido inyectadas con células madre de un feto. No está claro si esto se traduce en una mejora de los síntomas con el tiempo.
Salud
9 enero 2023
Células madre neurales humanas capturadas a través de una micrografía de luz fluorescente APLICACIONES CELULARES INC/BIBLIOTECA DE FOTOS DE CIENCIAS
Trasplantar células madre del sistema nervioso de un feto a personas con esclerosis múltiple (EM) progresiva ha reducido los marcadores de la afección en un ensayo en etapa inicial. No está claro si esto también alivia los síntomas o retrasa la progresión de la afección.
La EM es una afección neurodegenerativa que puede afectar la visión o los movimientos de las extremidades de una persona. Ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error a parte del cerebro y médula espinal. La EM progresiva se define como la condición que empeora con el tiempo, que afecta a alrededor del 10 por ciento de las personas con EM y tiene pocos tratamientos para controlar eficazmente sus síntomas.
Neural Células madreque pueden dar lugar a cualquiera de las células que componen el sistema nervioso, se han mostrado prometedores en el tratamiento de otras enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Parkinson.
Para probar el potencial de las células madre en personas con EM progresiva, Martino Gianvito en la Universidad Vita-Salute San Raffaele en Milán, Italia, y sus colegas extrajeron células madre neurales de un feto de 10 a 12 semanas después de haber sido abortado voluntariamente por su madre, quien donó el feto a la investigación científica.
Los investigadores inyectaron cuatro dosis diferentes de estas células en el canal espinal, que contiene la médula espinal, de 12 personas de 18 a 55 años con EM progresiva.
La gravedad de la EM de los participantes significaba que todos estaban postrados en cama antes del experimento, dice Gianvito.
El ensayo analizó principalmente la seguridad, y no se informaron eventos adversos graves relacionados con el tratamiento durante el período de seguimiento de dos años.
Antes de su inyección inicial, los participantes se sometieron a una punción lumbar para buscar niveles de moléculas neuroprotectoras en su líquido cefalorraquídeo, así como a una resonancia magnética para determinar el volumen de materia gris de su cerebro, que se reduce gradualmente en personas con EM progresiva.
Tres meses después de la inyección, los participantes tuvieron otra punción lumbar. Los resultados sugieren que todos los participantes tenían niveles elevados de moléculas antiinflamatorias y neuroprotectoras en su líquido cefalorraquídeo.
Dos años más tarde, una resonancia magnética mostró que los que recibieron las dos dosis más altas tenían una tasa más baja de reducción de la materia gris en comparación con los que recibieron las dos dosis más bajas.
No está claro si estos resultados se traducirán en una reducción de los síntomas de la EM o en una progresión de la afección con el tiempo. Las pruebas mostraron que la velocidad motora de los participantes no mejoró en los dos años posteriores a la inyección, dice Gianvito.
Los participantes también estaban todavía postrados en cama. Sin embargo, su EM no había empeorado durante los dos años.
Según Gianvito, es posible que dos años no sean suficientes para medir el potencial del tratamiento, y se requiere más investigación.
Más sobre estos temas: